Hay momentos en el que el trabajo nos obliga a apretar. Otros donde simplemente somos nosotros los que nos auto exigimos más de la cuenta porque queremos conseguir algo, desarrollar una habilidad o simplemente por aprovechar nuestro coste de oportunidad.
Sea por lo que sea a veces nos toca poner la maquinaria a 300 km/h y no pasa nada salvo si pretendemos ir a ese ritmo constantemente.
Puedes apuntarte aquí y cada semana recibirs un email al grano que te ayudará a mejorar en tu trabajo.
¿Se puede ir a 300 km/h? Si, pero también debemos ir a 80 para que nuestro cuerpo y nuestra mente también descansen. Sino, podemos caer en el peligroso juego del burnout del que tanto hemos hablado en otras ocasiones.
Os cuento más sobre todo esto en el episodio de hoy y mientras tanto me voy a preparar el de mañana.
Gracias por estar al otro lado del podcast en Spotify, Ivoox, iTunes… y también recordad que podéis encontrarme en Linkedin, Instagram o Twitter.