Lamentablemente hay dos cosas que consiguen dominarnos en nuestro trabajo: el teléfono y la gestión del email.
Crees que exagero ¿verdad? Bien, me apuesto a que lo primero que hacéis al llegar al trabajo es abrir el email y poneros a contestar como locos. Pues bien, hoy vamos a ver como evitar que el email nos domine a nosotros y no nos marque lo que tenemos que hacer. Tu eres quien tiene que dominar tu día y no el email.
El problema del email es que nos provoca, como el teléfono, una falsa sensación de estar siendo muy productivos mientras contestamos decenas de email. Realmente estamos muy ocupados pero somos poco productivos. Ser productivos significa hacer cosas que nos acerquen a nuestros objetivos y os aseguro que la mayoría de emails que recibimos y nos matamos por contestarlos cuanto antes no tienen nada que ver con nuestros objetivos.
De echo, en el podcast comento un pequeño experimento que hice durante una semana que dejé voluntariamente que mi bandeja de entrada se llenara y la semana siguiente cuando me puse a contestar me apunté minuciosamente cuántos de ellos realmente necesitaban respuesta y cuantos no. ¿Queréis saber el resultado? En el programa de hoy lo contesto 😛 pero os aseguro que os asombraría la cantidad de email que dejándolos «reposar» no necesitas intervención nuestra.
Y antes de irme os quiero repetir las dos preguntas clave que os hago en el episodio para saber si estáis enganchados al email:
- ¿Abre el email nada más llegar a la oficina?
- ¿Consultas tu gestor de correos más de 2 veces al día?
Si las respuestas son afirmativas siento comunicarte que eres un adicto al email, como la mayoría de personas que trabajan con el. Afortunadamente tiene fácil solución que veremos en futuros episodios del podcast.
Mientras tanto os invito a que me enviéis todas las dudas o preguntas que tengáis a través del formulario de contacto.
Y ya sabéis, muchísimas gracias por estar ahí cada día de lunes a viernes y por vuestras valoraciones de 5 estrellas en iTunes y vuestros me gusta y comentarios en ivoox.
¡Hasta mañana!